Museo de Antropología y Arte Contemporáneo (MAAC)
La producción artística de Fernando Varela esta definida por una vastedad de referencias simbólicas y espirituales, que pudieran referir a lo contemplativo, pero a la vez es un lucido reto al pensamiento abúlico y lineal de la contemporaneidad en tanto lo contradice continuamente. Cada uno de sus lienzos o papeles nos plantea un perenne cuestionamiento espiritual, social, ideológico y por consistente, en cuanto el contenedor de estas reflexiones es el arte: estético.
En Orígenes, existe una cantidad de capas de análisis y nudos críticos. A primera vista, el conjunto de obras se nos presenta como una sucesión de estudios casi taxonómicos. Cada una de las piezas es una muy distintiva profundización clasificatoria de un suceso u objeto determinado. El artista lo plantea como “búsquedas formales que se transforman en pesquisas cada vez más íntimas y simbólicas”.
Las obras que conforman esta serie siguen, rítmicamente la sucesión de una línea de tiempo. Cada trazo, superposición de gestos o capas de pigmento persigue evidenciar otro tiempo, imperceptible para los que no lo rastrean.
“Los orígenes cuentan el desarrollo en un tiempo cósmico, hacen una grafía del origen de la forma, del espacio y del tiempo”, plantea correctamente Varela.
En las piezas de Formas’ Primarias se produce un proceso de contraste y revelación. El artista se plantea una continuación paralela y lógica a este discurso rizomático donde tiene una gran preeminencia la idea de la luz como instrumento revelador de realidades o verdades. La continuidad y secuencia de la forma oval desarrollada en repetición, desde el oficio pictórico es enfatizada por el uso de la monocromía y el claroscuro… la luz como herramienta. A cada tanto en el lienzo o papel se evidencia un punto de oscuridad que funciona como punto de resistencia, y por lo mismo, sitio de inflexión para el desarrollo de las otras formas que lo componen.
Sara Hermann
HIstoriadora y Crítico de Arte
