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Lo universal no puede ser expresado en su pureza mas que cuando lo particular no obstruye el camino

Quien conoce la trayectoria de Fernando Varela habrá podido confrontar el proceso reduccionista que desde hace algún tiempo se viene produciendo en su obra.

Reducción comunicativa, cromática y representativa. En esta exposición, el único referente de la realidad son las letras de un lenguaje aparentemente carente de significados.

La complejidad de sus presupuestos está proporcionalmente opuesta a la simplicidad del aspecto formal de la obra. En esto, su obra actual se acerca al lenguaje del minimal. Rehuye del gusto estético tradicional, produciéndose un distanciamiento de éste, iniciando con ello un proceso de ensimismamiento en la búsqueda de la «realidad» al margen de las apariencias. En este caso, el resultado son obras en las que el contenido intelectual es más importante que el mensaje que puedan percibir los sentidos del espectador, en una aproximación real a los lineamientos del arte conceptual.

El proceso de introsprección y ensimismamiento por parte del artista, requiere de observaciones audaces, dispuestos a encontrar en la exquisitez de los detalles de su obra y en su simplicidad, la transcendentalidad de sus propuestas estéticas.

Las palabras, más bien las letras, y el silencio inundan la obra, en un desisnterés total por las formas preconcebidas.Son obras perfeccionistas, elaboradas con la pasión controlada que requiere la fuerza física en el martilleo de las letras sobre el lienzo y la sutileza de la misma acción sobre el papel. Igual destreza en el control de las intensidades de las gradaciones cromáticas, por cierto muy escuetas, cuya sobriedad le acerca también al minimalismo.

Soportes tradicionales (lienzo, papel, madera) con economía de formas evidencian su presencia ante la mirada del espectador que, en el intento de captación de sus significaciones semánticas, inicia un diálogo silente con la obra; a pesar del silencio de sus palabras.

El Museo de Arte Moderno se honra al recibir la exposición de Fernando Varela, pues es uno de los máximos representantes de la plástica dominicana.

Gracias al Grupo León por su importante aporte para la realización de esta exposición, reafirmando su tradicional posición en el mecenazgo del arte nacional.

María Elena Ditrén
Directora del Museo de Arte Moderno de Santo Domingo
2005

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