A partir de los años 80 los curadores o comisarios jugaron un papel fundamental en el proceso de las artes visuales. Figuras como Germano Ceellant en Italia, Richard Armstrong o Robert Stort en América del Norte y muchos otros, escogieron como preofesión la difusión en los principales medios de arte, de las corrientes artísticas que se conformaron a partir de la segunda mitad del siglo XX. En los 90 los curadores continuaron siendo una pieza clave de la labor que garantizo los discursos que introdujeron a muchos artistas en el circuito del arte, donde la obra puede ser vista y apreciada más allá o fuera del estudio donde fué concebida.
Son muy escasos los centro academicos que incluyen estudios curatoriales en sus programas, tradicionalmente los historiadores del arte, los filólogos, los criticos de arte se ven seducidos y comprometidos por incursionar en una actividad curatorial. Sin embargo, instituciones como el MOMA, EL Centro George Pompidou y cualquier museo del mundo, no pueden prescindir del trabajo de investigación de los curadores.
La labro del curador no sólo consiste en investigar sobre la obra de los artistas, también puede convertirse en un promotor indirecto de estos o devenir en un mediador entre las obras y las instituciones que el arte necesita para llegar a ser un producto de intercambio con la sociedad, no sólo como conocimiento, sino también como mercancia. La representación de los artistas por las galerías comerciales, las exposiciones en museos y espacios alternativos importantes, la inclusión en el «discurso dominante», pertenecer a colecciones públicas o privadas dependen en gran medida hoy, del apoyo que un artista reciba de los curadores, un arma de doble filo en el proceso artistico porque muchas veces la obra del artista solo puede legitimarse y oxigenarse en el discurso de esta figura siempre esperada y bienvenida en el estudio para un intercambio de ideas entre las dos partes.
Nos guste o no, lo entendamos o no, lo aceptemos o no, el curador es un componente lógico del proceso del arte, que si bien crea un discurso de una subjetividad, a veces dudoda, también organiza la relación entre el arte y los acontecimientos socio-culturales que lo nutren.
Los bienes y males que provienen de este sujeto y su actividad, también creador, también artista, responsable de los primeros pasos de la obra de arte fuera del estudio, han estado ausentes en el contexto artistico dominicano. A través de las dos últimas décadas, esta ausencia ha dejado vacios inllenables que afectan todavia la actividad de los creadores contemporaneso que han tratado de insertarse en el contevto internacional sin lograr un resultado que los beneficie en el desarrollo de sus carreras.
Por esta razón hemos titulado la exhibición Curador Curado, proponiendo una reflexión sobre esta ausencia, quizás parodiando una carencia que ya no tiene sentido señalar si no es asumiendo una postura distante que nos permit aabordar una critica con claridad para, de algun modo, dejar una constancia simbólica en la historia del arte contemporáneo dominicano de cuál fue una de las causas que impidieron que la producción artistica de las décadas de los 80, 90 y década en curso, no tuvieran, ni tengan, la debida representación y merecida promoción internacional.
Nuestra propuesta intenta representar la figura del curador ausente desde la figura del artista. Seremos curadores y artistas, promotores y creadores, elaboraremos la obra y organizaremos un discurso en torno a la obra del otro. Curador Curado, consiste en una triada autosuficiente, donde el artista extiende su rol creativo más allá de sus límites, en esta ocasión, no para pretender lo que no somos, sino para auto suplirnos de un proceso necesario que consiste en seleccionar y depurar un discurso antes de exponerse. Si representamos a los artistas con las letras A, B y C el esquema se comportaría de la siguiente manera:
A y B conforman una propuesta curatorial que se enfoca en la obre y el proceso de creación dle artista C.
B y C son curadores de la obra y proceso de creación del artista A.
C y A curarian la obra y el proceso creativo de B.
El procedimiento curatorial con el cual intentamos trabajar en este proyecto estará regido por las investigaciones que como artistas hemos venido desarrollando en la actualidad. Este proceso incluye conversaciones, intercambio de ideas, seguimiento a los cambios que se produzcan en las ideas y elaboración de las obras, tomando en cuenta que desde el inico existe un elemento considerable como curatorial por el hecho mismo de que los integrantes de la muestra fueron elegidos y electores.
Si hemos estado planteando en este documento-propuesta cuales han sido las condiciones que han marcado las artes plásticas de República Dominicana tanto en el ambito nacional, como en el extranjero, debemos plantear con la misma honestidad cuales han sido las respuestas de los artistas a las diferentes demandas de calidad, cantidad y dinamismo que exigen las instituciones artisticas internacionales y sus diferentes tendencias. Todos los estamentos que conforman el arte tienen un papel especifico y si uno de estos estamentos no funciona, o funciona a medias, el resultado final se ve afectado por las partes que no han sabido realizar su papel de la manera mas adecuada.
Si estamos listos para ejercer una critica a nuestro contexto artistico debemos estar listos para recibir las criticas que este contecto tiene en relacion a nosotros. Los artistas tenemos que jugar las reglas correctamente, nuestra responsabilidad no debe ser solo en el una practica artistica para su desarrollo.
La disciplina y el rigor que deben acompañar la carrera de un artista es tan importante como las ideas, que finalmente pueden resulta estériles sino se toman en cuenta estos aspectos, que aunque son extrartisticos, no dejan de ser indispensables.
Es importante incluir en esta misma reflexión algunos puntos que son capitales para abordar el tema de las ausencias que han marcado el arte contemporáneo en la República Dominicana durante los ultimos tiempos, porque seria injusto responsabilizar solamente a la poca actividad curatorial existente en nuestro contexto artistico, de la visión que hoy día tienen los contextos internaiconales del arte dominicano contemporáneo. Es indispensable señalar las condiciones políticas y economicas que durante estas dos décadas caracterizaron el apoyo de la cultura general. Como muestra de esto tenemos las pocas instituciones locales, con fines de lucro, o sin estos, que dedican su labor profesional al arte contemporáneo o a las obras que se han planteado rupturas estéticas y transdisciplinarias, por no hablar de la ausencia -otra mas- de una politica cultural que establezca estrategias, respondiendo critica o acriticamente, a las demandas que los centros de arte establecieron y estabelcen hacia las periferias. Vale mencional la figura de Gerardo Mosquera en Cuba, quien a pesar de las condiciones politicas y antidemocraticas en las cuales surgio su labor como curador, es uno de los responsables de la gran difusión del arte contemporáneo Cubano fuera y dentro de la isla, labor que lo situa como uno de los curadores de Latino América más importantes del momento. Como todo proceso de centralización corre el peligro de incurrir en la exclusión, seria importante que la labor curatorial de un pais no descansara en una sola persona. Deberían haber tantos curadores como discursos por representar o en su defecto, curadores dispuestos a defender tendencias artisticas diversas dentro de un mismo contexto.
En el orden económico, la cultura en paises del tercer mundo no es una prioridad, ni para el sector estatal ni para el sector privado, y si algo tenemos que tener absolutamente claro es que sin apoyo economici o patrocinio de estos dos sectores, la cultura se posiciona entre la espada del no ser o la pared del ser. Los artistas tradicionalmente han tenido que pendural entre la creación y el respaldo insitucional que requiere el arte y la cultura en cualquier sociedad.