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Obras recientes: Pinturas y dibujos

Es un conjunto que nace de “Forma y Vacío”, aquella gran instalación-collage exhibida en el MAM (Museo de Arte Moderno) a principios del 2013, y del conjunto de pequeños collages que le acompañaron. La correspondencia perfecta entre la forma cortada y el espacio que surge de esta intervención, y que vemos desplazarse en varios y diversos conjuntos y combinaciones. Fernando Varela, Forma y Vacío, en: Orígenes y formas primarias, MAM, 2013.

En “Obras recientes”, las piezas preservan sus premisas esenciales: lo antagónico, lo dual que deviene de la unidad y se transforma en tríada; lo masculino y lo femenino, la creación y origen de la vida, o de nuevas formas y nuevas vidas. Al igual que Hegel[1], Varela concibe la realidad formada por opuestos. Cada nueva pieza parece una variante de la que le precedió, pero en ellas se expresa aquel viejo problema filosófico del cambio, la evolución, y la también vieja pregunta de cómo entender de manera racional que una cosa, en este caso una forma, pueda cambiar de apariencia y siga siendo la misma cosa. Viendo las obras recientes de Varela y retomando a Hegel, podemos concluir que el “encuentro” entre contrarios da paso a nuevos planteamientos y nuevas posibilidades tal como lo han expresado a través de los tiempos los estudiosos de la dialéctica. Friedrich Hegel, Fenomenología del espíritu, 1807.

Decíamos que “Forma y Vacío” fue un collage-instalación, en esta ocasión Varela amplía los lenguajes y nos trata el tema, de manera acuciosa, desde la perspectiva de la pintura y el dibujo. Su exploración abarca también el plano de la tridimensionalidad y lo móvil. Conocemos las capacidades y dominio de los diferentes lenguajes artísticos que Varela ejecuta con maestría y delicadeza. Trazo preciso como un cirujano. Reservado en el uso del color, estamos acostumbrados a la austeridad cromática con la que se expresa. La impecable aplicación de la pintura, el dominio de la técnica, las veladuras que en algunos casos dan la apariencia de papel al lienzo pintado, dotan las piezas de exquisita plasticidad y suave textura.

Lo antes expuesto es el lugar de encuentro entre las formas y los vacíos, de las relaciones entre el punto y la línea, el blanco y el negro, elementos protagónicos del conjunto. Hay una pedagogía de la comunicación en estas piezas, aún al margen del conocimiento que tengamos sobre la obra de Varela. Al fijarnos detenidamente en cada pieza observamos que los elementos se articulan en un juego correlacional y de derivación entre el plano y la línea en las pinturas y dibujos; y entre lo espacial y lo cinético, en el caso de las esculturas, todo ello con la mediación de los contrastes y composiciones circulares. Aún las lineales, que podrían interpretarse tanto como conclusión o inicio.

Nos vemos de frente a una obra de profundas reflexiones con espíritu lúdico, aunque lo lúdico no haya sido la intención del artista. En lo personal cada pieza nos atrapa, no tiene que ver con el medio, sino con la forma de hablar y reflexionar del artista. En primera instancia es el reto de querer entender racionalmente, transitar por el tramado de las piezas, es en ese espacio donde encuentro el momento lúdico, y luego quedar absortos y plenos.

Clara Caminero K.
Curadora Independiente
2014

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